domingo, 17 de enero de 2016

Hijos de la Anarquía - Final

Hace un par de años o así, por recomendación en ciertos foros sobre series, comencé a ver Hijos de la Anarquía. La verdad es que no me llamaba demasiado la atención, ya que el tema de los moteros no me atrae para nada, pero le dí una oportunidad. Y vaya si se la di... me vi de un tirón las cuatro primeras temporadas. Y es que esta serie no va de un club de moteros, estrictamente. Hay mucho más. De hecho si en lugar de un club de motos fueran un club de ajedrez, daría lo mismo. Trepidante drama, con su pizca de humor, momentos absolutamente devastadores y un gran elenco de personajes muy interesantes y muy bien construidos, hacen que te enganches de manera fulminante. Cada episodio termina en un bien estudiado cliffhanger que te lleva a ver el siguiente, como si fueras un yonki en busca de la siguiente dosis. Y cada temporada va a más, cada problema que los chicos de SAMCRO (Sons of Anarchy Motorcycle Club, Redwood Original) resuelven, desemboca en dos marrones más que quitarse de encima. Bandas criminales, clubes rivales, policías corruptos, cárteles de la droga, tráfico de armas, negocios de prostitución y pornografía, su relación histórica con el IRA, mentiras que desembocan en brutales masacres... todo tiene cabida en las vidas de estos fuera de la ley. Cero tabúes en cuanto a violencia, lenguaje, sexo, drogas...

Esta última temporada, la séptima, es un desquiciado espectáculo de sangre, ira, venganzas, momentos dramáticos desgarradores y un gran final digno de la serie.
Claramente, una de mis series favoritas de la última década. Os echaré de menos...

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