Es cierto que no suelo reseñar ni publicitar libros en este blog, pero hoy haré una excepción, tratándose del nuevo libro del autor Antonio Santos, inspirador y orientador en nuestros primeros tiempos de fanzinistas, y actual colaborador de Aluzine de Fanzine. Una historia que mezcla el género de espada y brujería con elementos steampunk, y que enlaza con anteriores obras del autor, como La Esclava de Marsoon o Las Graves Planicies.
Ya está disponible en Amazon, en su versión Kindle: AQUÍ
Más info sobre la obra:
La Roca Tarpeya relata, en un imaginativo contexto de sword and sorcery y creativos elementos steampunk, la lucha de los dos últimos miembros de una especie: Joe Horseman, inventor decimonónico, y último ser humano, y Aric Vjan Rdim, último Alfio Ajat-Sajat, por sobrevivir en su singular realidad e intentar vengarse de la cruel divinidad que ha condenado a la extinción a sus razas: Nhsvhs, un belicoso dios de la inestable Acracia.
En este primer libro, ambos trabarán amistad así como harán el pacto que les obligará a culminar el desesperado plan urdido por Aric: eliminar a Nhsvhs.
Es la única garantía para que puedan llevar una vida razonablemente tranquila, aunque siempre ensombrecida por el hecho, inalterable, de ser los últimos representantes de sus respectivos pueblos.
Y, por otra parte, excluyendo seguir con una existencia de lento abatimiento, ¿qué otra opción tienen?
Sucede que, mientras Aric continúe con vida, Nhsvhs no puede efectuar su principal deseo: invadir esta Faceta del Prisma Universo adonde ha extendido sus afanes imperialistas. Por tanto, despliega un potente aparato bélico para asentar su poder en la Faceta y matar a Aric.
Las llamadas “Leyes del Cambio” establecen esta condición, creando una circunstancia que frena a Nhsvhs poder asaltar la siguiente Faceta. Y aun corre el riesgo de ser expulsado de la ya casi tomada si algún dios del bando del Orden, el enemigo, emprende un vigoroso contraataque.
Nhsvhs encomienda, por tanto, a uno de sus más feroces lugartenientes, el Vârcolac Forson, que recorra el mundo que pretende dominar para matar a Aric, y confirmar por fin su dominio de la Faceta, iniciando el ataque de la próxima.
Aric, antaño educado y elegante filósofo abstracto, ahora curtido guerrero con ciertas nociones de hechicería, acude, desesperado, al Fin del Mundo.
Allí vive Joe Horseman, resistiendo los ataques de los engendros de la Acracia largo tiempo. Tras la entrevista, y venciendo considerables reticencias iniciales, Horseman decide proporcionar su valiosa ayuda a Aric, en la forma de un poderoso arsenal impulsado a vapor.
Emprenden el viaje por un mundo por completo transformado de aquél que conocía Joe Horseman y que les llevará, previsiblemente, a la conclusión de la singular epopeya que están obligados a protagonizar, conociendo en el trayecto a los más peculiares, siniestros y terribles personajes.
La Roca Tarpeya es una inmersión en el fabuloso concepto del Prisma Universo y sus infinitas Facetas, relato lleno de acción, hechicería e ironía que no descuida un estudio meticuloso de los integrantes de la narración, escrita con pulso firme, directo y ameno que entusiasmará a los lectores de los géneros citados y no será, en absoluto, del desagrado de quienes deseen conocer su contenido, o la extensión del Universo de fantasía contenido en el concepto “Prisma Universo”, ideado por el autor, Antonio Santos, que cuenta con las novelas Factoría Cinco (finalista del Premio UPC de Ciencia Ficción y publicada por Ediciones B), Recalibrados (Viaje a Bizancio Ediciones), Las graves planicies (finalista del Premio Minotauro de Ciencia Ficción y publicado por Ajec) y La esclava de Marsoon (publicada por Marsoon Books, y secuela de Las graves planicies) publicadas, así como una extensa labor en el campo publicitario, la ilustración y el cómic.
«Espero —indica el autor—, en esta narración de fantasía que tributa mi admiración por la obra de Michael Moorcock y Stephen King, haber hecho un trabajo tan competente como el de mis novelas de ciencia ficción, que cuentan con el reconocimiento de ser finalistas de premios prestigiosos, y a la que he impregnado de las habituales características que han hecho distinguida mi prosa y su contenido.»
El blog del autor: Una Historia de la Frontera