
Pero hay que admitir que ciertos secundarios terminan por mantener la serie, como es el caso de los vampiros Eric Northman y su progenie Pam, u otros más secundarios todavía, pero que a mí personalmente me ha encantado su evolución, entre estos Sam Merlotte, Lafayette, la vampiresa Jessica y Jason Stackhouse. Otros que no aportan nada, o que simplemente aburren por sus tramas o incidencia en el argumento general son Alcide (el licántropo) y Tara, esta última es tan insoportable de humana como de vampiresa.
Alan Ball, el creador de la serie y de una de mis favoritas ("A dos metros bajo tierra"), nos ofrece un final de la saga algo decepcionante, pero que te termina por dejar un buen sabor de boca por la sensación de "buff... por fin se ha acabado...". Ciertamente ha sido todo un reto aguantar las últimas temporadas, solo motivado por esos momentos de humor con Lafayette o Jason, o, en el caso de mi mujer, por ver el torso de Eric Northman (Alexander Skarsgård).
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