martes, 2 de mayo de 2017

Ocho Lustros

Después de una larga temporada apartado del blog (y de mis demás actividades), vuelvo para continuar mi heterogénea exploración. Quizás me sirva como terapia para algunos malos momentos que he pasado en estos últimos meses.

En este caso, recupero un poema que escribí hace más de un año, basado en una letra que compuse a los treinta años ("Seis Lustros"). Sí, escribí varias letras para canciones que nunca iba a cantar... cosas mías. Modificada, recortada y adaptada a mis 40 años, hoy la he recordado y he decidido compartirla. Lo curioso es que, aunque cuando la escribí no lo imaginaba, terminé convirtiéndome en el protagonista de la historia.

OCHO LUSTROS
No puedo parar, no puedo parar
Me dejaste tirado en el fondo del mar
No debo parar, ni a ti recordar
Por más que lo intente no puedo olvidar

No puedo pasar, no puedo avanzar
Eres kryptonita y yo Superman
No puedo pasar, me voy a arrastrar
Siempre en la herida un poco de sal

Yo quiero parar, me quiero calmar
Soy un suicida con miedo a explotar
No quiero reír, tan solo llorar
Parece que no me queda dignidad

Hoy quiero parar, hoy quiero parar
Lo contradictorio es que quiero chocar
Los amigos me insisten…
“Ocho lustros no es nada, chaval”

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