Jessica Jones

Ayer terminé la temporada de Jessica Jones, la serie de Netflix sobre este personaje de Marvel, enmarcado dentro del universo compartido tanto por las series de TV (Agentes de SHIELD, Agente Carter y Daredevil), como con las películas de Marvel Studios. Al igual que Daredevil, Jessica Jones tiene un tono más oscuro y adulto, y se mantiene más independiente que Agentes de SHIELD respecto a las películas. Si bien la serie en conjunto me ha gustado bastante, no ha llegado al nivel de su predecesora, Daredevil. También es cierto que el personaje protagonista no es conocido para mí, no he leído la serie de Bendis en la que se basa (Alias), ni nada de sus posteriores apariciones en las colecciones de Vengadores.

Ojo, a continuación puede haber SPOILERS para los que no la hayan visto.

Jessica es una detective privado, malhablada, bebedora y bastante arisca. Roza la misantropía en algunas ocasiones. Además de sus dotes como detective, tiene una serie de dones: una fuerza sobrehumana y capacidad para recuperarse de los daños recibidos (aunque no al nivel de Lobezno, por supuesto). Su mejor amiga Trish es una periodista de éxito, que ha tenido un pasado como la estrella infantil Patsy, explotada por su madre (en muchos aspectos). Tras un accidente de coche cuando eran adolescentes, donde Jessica es la única superviviente de su familia, es acogida por la familia de Trish, y pronto encuentran un enemigo común, la madre de ésta, lo que termina generando una fuerte amistad entre ambas, a pesar de sus muy diferentes caracteres. Este personaje, Trish, está basado en Patsy Walker, el personaje de Marvel llamado Gata Infernal, que a su vez venía de una serie de comics de los años 40, pre-marvel.

El villano de esta temporada es Kilgrave (en los cómics Killgrave, el Hombre Púrpura), capaz de controlar verbalmente a los demás, y que retuvo durante meses a Jessica contra su voluntad, utilizándola incluso para matar, cosa que la dejó muy traumatizada. Es el personaje mejor definido de toda la serie, protagonizado por David Tennant, y tiene momentos gloriosos.

Por el camino también nos encontraremos a una serie de interesantes personajes secundarios, entre los que destaca Luke Cage (Power Man, de Héroes de Alquiler en los cómics). También veremos a una ambigua abogada sin escrúpulos, para la que trabaja en ocasiones la protagonista, llamada Hogarth e interpretada por Carrie-Ann Moss (si, si, la Trinity de la saga Matrix).

La serie tiene momentos dramáticos (en ocasiones absolutamente demoledores), otros muy muy crudos, y, por supuesto, esos de humor (principalmente irónico), para compensar los anteriores. Las escenas de acción son las justas. Aunque los poderes, tanto de Jessica como de Cage son muy físicos, no se abusa de ellos. De hecho lo que más se utiliza en la serie son los dones sobrehumanos del villano, que hace absolutas barbaridades con todo el que se cruza en su camino. 

El desarrollo de la historia en ocasiones se vuelve muy lento (quizás esté pensado para que veas los 13 episodios de una vez, en 4 o 5 días), con un constante juego de persecución entre Kilgrave y Jessica, pero en los tres últimos la cosa se anima, y la serie obtiene un merecido gran final.

Para ir calentando motores para un futuro encuentro entre héroes (no olvidemos que estas series de Netflix tienen previsto desembocar en una serie de Los Defensores), aparece Claire, la enfermera amiga (y algo más) de Daredevil. Quizás hubiera estado bien un cameo del héroe ciego, pero nos tendremos que conformar con la casi constante aparición de Luke Cage, cuya serie propia también está en camino, junto a la segunda temporada de Daredevil y la de Puño de Hierro.

Buenos y alucinantes tiempos para los fans de Marvel, sin duda.