martes, 19 de enero de 2016

Mad Max Fury Road

La trilogía original de Mad Max siempre ha sido una de mis sagas favoritas de la niñez y adolescencia. Hoy en día, al verlas, da una sensación a cine de serie B, que además de nostalgia me sigue produciendo bastante diversión (al menos las dos últimas). Me he aventurado, con ciertas reservas, a ver la apuesta de George Miller de recuperar al loco Max, esta vez sin Mel Gibson dando vida al antihéroe y he de reconocer que he tenido sentimientos encontrados. Me explico. Fury Road es una gran cinta de acción, acción en mayúsculas, sin exageraciones ni abuso en efectos especiales digitales, como cabría esperar. Eso es quizás lo que me ha chocado. He encontrado una película que podría haber sido producida en los años 80 casi sin problemas, con los medios de entonces. Acción a la antigua usanza, vamos. Tan divertida como Mad Max 2 o La Cúpula del Trueno, con la misma visión de ese futuro post-apocalíptico. Todo muy reconocible. Pero he echado en falta algo. Quizás alguna innovación que le diera una frescura al concepto. Supongo que para los más ortodoxos, esto podría ser una virtud.
En cuanto a la falta de Gibson, algo sí que se nota. Aunque el personaje en sí no requiera una gran interpretación, Tom Hardy hace un Max bastante más anodino que el original. El intento de que no le veamos demasiado la cara en casi un tercio de la cinta (llevando aquella especie de bozal metálico), seguramente va en esa línea. Pero es que lo que más me ha rechinado es que el protagonismo casi absoluto se lo ha llevado Furiosa, interpretada por la guapa Charlize Theron, dejando a Max como casi un secundario. No me malinterpreten, Imperator Furiosa es un personaje tan sumamente bien creado y definido, que realmente merecía que la película llevara su nombre (supongo que lo de "Fury Road" va por ahí). Y el desarrollo de la trama cae sobre ella, simplemente Max interviene, casi de casualidad en un principio, aunque en la conclusión de la historia sea la clave, y ejerza de punto de inflexión para la orientación final.
En cuanto a continuidad, no tengo muy claro donde ubicarla respecto a las anteriores, ya que, por determinados elementos, no podría ser posterior a La Cúpula del Trueno. Aunque me da la impresión que simplemente es otra historia de Mad Max, independiente, sin necesidad de que entre en una cronología estricta.
Como dije antes, la ambientación, los escenarios, te vuelven a llevar a aquellas pelis que recordabas con ternura. Tan solo por esos momentos de nostalgia, ya han merecido la pena las dos horas frente a la tele. Pero es que además es cierto que el señor Miller, a su avanzada edad, sigue dando lecciones de como rodar una película de acción, eso no se puede negar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario